La Reina siempre vivirá

Hay seres humanos que se nos muestran maravillosos, poseedores de una magia única y por lo tanto especial. Celia Cruz por su voz, su alegría, energía y entusiasmo siempre contagiantes. Celia Cruz por ser ella; original, sincera y humilde como nadie. Celia Cruz por sus vestidos, tacones espaciales y pelucas.
Millones y millones de personas en todo el mundo caerían rendidos ante la gracia, portento vocal y talento de la hija de «Ollita» y Simón, de la hija más grande y predilecta de Cuba muy pero muy a pesar de Fidel.
Que suene la rumba, la guaracha y el guaguancó; que suene la salsa en Cuba, en Miami, en Venezuela y hasta en Japón, por allá del otro lado del globo aunque entiendan muy poco o nada de español.
Solo tú Celia Cruz pudiste volar tan grande y tan alto conquistando por años y años, generación tras generación, tantos corazones, rendidos todos, incluyéndome a mí, ante tu magia especial.
Que inmensa tristeza porque ya no estás, aunque vaya mentira tan grande si tú siempre existirás en los corazones de tus seguidores, que se cuentan por montones en el mundo entero, y en los cuerpos de los bailadores de tu música.
Alcanzaste Celia el anhelado don de la inmortalidad.
Azúuuuuuuuuuuuucar.

Caracas, agosto 31 de 2004.